bu |
En mayo del 2007, un domingo por la tarde y después de un intensivo de yoga de fin de semana, mientras meditaba, sentí que todo iba a derrumbarse. Lo sentí con tanta claridad que no podía dejar de pensar en ello. Era una sensación de profundo caos y de universalidad. Durante meses investigué todo lo relacionado con apocalipsis cristiano ( Biblia + apariciones marianas), 2012 maya, Nostradamus, Parravicini, Edgar Cayce, etc...
Decidí poner mi apartamento a la venta, pero mi entorno me convenció que no hiciera esa locura, ya sabéis los pisos nunca bajan, ese capital que tienes ahí no lo vas a perder nunca, y otras ideas similares. Yo solo veía 70 m2 de hormigón y cemento y me parecía increíble que mi plaza de garaje costara más que una finca de 5000 m para cultivar. Cuando cambias la visión sobre una parte, cambia tu visión general.
Unos meses más tarde, en agosto, hice una meditación vipassana de 10 días. Son 10 días en silencio absoluto, meditando desde las 4 y media de la mañana, 10 horas diarias. No tienes nada donde escribir, nada que escuchar, no se permite ningún libro, ni nada que te haga distraerte de la técnica. En esos días de trabajo interior todo se aclaró, y uno de los días meditando bajo un ciprés, sentí que había que moverse, había que dejar la ciudad y buscar un espacio verde. También me vino la palabra "coherencia" durante toda la meditación. Tenía que dejar mi trabajo, energéticamente me lastraba. Un trabajo cómodo desde casa, bien remunerado y con unos compañeros de trabajo ideales, pero preparando campañas de promoción nocturna para marcas de alcohol y refrescos insalubres y ya no podía. Cuando dudaba si seguir o no, llegó una campaña de Ron Cacique creo recordar, en la que te regalaban una botella por dar tus datos. Que baratos vendemos nuestros datos, es increíble. Esa fue la respuesta clara que no podía continuar.
Al salir de vipassana, en menos de una semana, puse a la venta el piso. A veces las decisiones son difíciles de entender en el momento, pero mi visión era tan clara, que me ayudó a esperar un año en la ciudad a que el piso se vendiera y realizar una transición en el trabajo lo más positiva posible.
En ese año de espera, conocí a Fukuoka y la agricultura natural, a Bill Mollison y la Permacultura y también a personas en mi zona que tenían una visión muy parecida a la mía, cada uno con sus matices, pero en general la misma idea, y la idea es que viene un cambio. En ese momento la crisis sistémica no se veía en los gráficos pero casi todos los que estaban en estos grupos alternativos creían que algo estaba a punto de pasar.
A lo largo de ese año conocí a alguien con el que conecté energéticamente de una forma especial en un encuentro de Permacultura. Hablaba de 2012 y me dijo que septiembre 2008 iba a ser una fecha de cambio. Aquello me resonó y me puse como meta vender antes de septiembre. Todos los días meditábamos viviendo en un espacio verde, sin fijar el lugar, y visualizándonos firmando felices la venta del piso.
Todo ese año de espera fue el año necesario para aprender lo que ahora estamos experimentando. Yo era un urbanita absoluto, que no había cogido una azada en mi vida, mi pareja sí tenía algo de experiencia en huerta. Durante este año aprendimos practicando en otros proyectos, asistiendo a cursos y charlas.
Cada mes bajábamos el precio del piso, era importante salir antes de septiembre. Venía gente a verlo pero ya en ese momento estaba la cosa muy complicada y las ventas habían desaparecido. La venta se produjo el 20 de agosto del 2008, un año exactamente después de sentir debajo de aquel ciprés que había que moverse.
Y nos fuimos a un espacio verde. Desde ese espacio verde con un atardecer maravilloso y con una caipirinha escuchamos la noticia. Era Septiembre 2008. Caía Lehman Brothers y el mundo económico entraba en la UCI. No pudimos cuando menos que sonreír, y acordarnos de nuestro amigo. Que por cierto se fue a Brasil unos meses antes y nos dijo: " En Europa la cosa se va a poner muy fea", nos íbamos a Brasil con él pero decidimos quedarnos para intentar un proyecto que nos resonara con todo este cambio.
Y a veces me preguntan si creo en algo...
Como no voy a creer. Pero eso ya es otra historia de la que iremos hablando.
Gracias
Y a veces me preguntan si creo en algo...
Como no voy a creer. Pero eso ya es otra historia de la que iremos hablando.
Gracias
BU
Ecobú: Acabo de descubrirte a través de una opinión que dejaste en EL PAÏS.Me sorprendió tu filosofía,coincidente con la que me sustenta.Esto me alegra mucho y te lo participo.
ResponderEliminarComo tu bien debes saber, así como nosotros, los seres tenemos un karma, también lo tienen los países.Y precisamente lo que va sucediendo en el Planeta es una respuesta a nuestras necesidades espirituales.La gente parece muy olvidada de que su existencia se debe a las necesidades de su Espíritu y se ha volcado en la mayoría de los casos a vivir lo mejor que pueda sin importarle las viscisitudes del prójimo, y además destruyendo insensible la perfección de la Naturaleza. Ella es pues, la que está indicando las limitaciones a quienes se creen dueños de vidas y destinos.
Con solo ver lo que está sucediendo en el Golfo de México con ese vertido de petróleo hasta ahora indomable, basta para comprender.
Mis mas cordiales saludos.